Un sistema para prevenir y proteger al personal de salud del contagio directo e indirecto por el Covid-19 fue ideado por un grupo multidisciplinar de alumnos y graduados de la Universidad Nacional de San Juan y de la Universidad Tecnológica Nacional de San Nicolás (Buenos Aires), y servirá para aplicarse en los equipos médicos de todo el mundo en la lucha contra la pandemia. El mismo está compuesto por tarjetas inteligentes de uso personal, balizas electrónicas y un software de analítica y reporte. Su diseño tiene el objetivo de determinar la carga viral al que está expuesto el personal sanitario con pacientes infectados, es decir, el riesgo de contagio mediante cálculos probabilísticos.
La innovación fue en el marco de la IEEE Hack Tech Covid 2020, un hackatón internacional en el que el grupo que representó al país e integrado por mayoría de sanjuaninos, se posicionó en el primer lugar. Ese puesto reunió de forma compartida a los tres mejores trabajos junto a Ecuador y Bolivia, de un total de más de 400 participantes del continente.
"Buscamos algo novedoso, que no fuera una app, porque la idea es que pueda ser utilizado en un hospital y en situaciones en donde los teléfonos deben permanecer apagados", dijo Natalia López, docente e investigadora en el gabinete de Tecnología Médica de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ y quien coordinó al equipo en el hackatón.
La interacción de sus componentes determina el funcionamiento de este sistema.
Las balizas, que emiten señal de Bluetooth, se colocan en el personal sanitario y los equipos de atención a pacientes con Covid-19 como el caso de camas, respirador, oxímetro de pulso, monitor multiparamétrico, entre otros. Esto es aplicable tanto en salas comunes como en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), según la gravedad del paciente. En paralelo, el personal de salud es dotado de las tarjetas inteligentes (pueden ir colgadas del cuello o mano), que captan la señal Bluetooth de las balizas y que tienen el algoritmo de procesamiento que permite la ponderación de la carga viral, mediante cálculos para determinar la distancia, tiempo al que el personal estuvo expuesto y una valoración de si el paciente es riesgoso o muy riesgoso. Las tarjetas también pueden emitir una vibración a sus usuarios, en caso de que se haya traspasado la distancia social. Esta puede activarse o no según requerimientos del usuario.
La información de las tarjetas se transmite vía Wifi al área de sistemas del hospital en donde deberá instalarse el software estadístico y de reporte.
"El software genera por usuario un reporte por ambiente, mapas de carga viral dentro de los ambientes, árboles relacionales sobre quiénes estuvieron en contacto entre sí durante la atención de un paciente con Covid-19", explicó López. En el marco de un hospital que hoy atiende a pacientes enfermos por coronavirus, este tipo de información resulta relevante a la hora de planificar las rotaciones de los equipos médicos, organización de guardias y circulación general del personal.
Si bien el equipo pensó el sistema para el ámbito médico, la intención es que también pueda ser utilizado en industrias, fábricas, supermercados y lugares en los que, en la medida de que se vaya flexibilizando la cuarentena, requerirán de la aplicación de protocolos sanitarios.
El hackatón del que participó el grupo fue la versión latinoamericana organizada recientemente por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), una asociación mundial dedicada a la innovación tecnológica, que propuso este reto con el fin de desarrollar soluciones en poco tiempo a problemas complejos vinculados al Covid-19.
Mediante participación virtual, el grupo tuvo 48 horas para poner en marcha su propuesta y desarrollar lo que denominaron equipos "DisTree", en alusión a la forma de hoja que tienen la tarjeta y balizas electrónicas de su sistema.
Con este proyecto resultaron electos entre los 413 que se presentaron, lo que les permitirá el acceso 1.000 dólares, una beca de incubación del proyecto y participación en las rondas de inversión de la IEEE. Por la repercusión en sus redes sociales y aun tratándose de un desarrollo conceptual (aún no hay prototipo), obtuvieron muchas consultas, incluso de profesionales del Hospital Posadas, de Buenos Aires.
SILVANA CULJAK – San Juan
"Mi aporte como psicóloga adentro del equipo fue la información sobre el impacto psicológico de la pandemia en el retorno al trabajo y la posibilidad de replicar el proyecto en ámbitos organizacionales".
ROCIÓ BUENAMAIZÓN – San Juan
"Yo soy bioingeniera y, desde mi campo, participé en el cálculo de las ponderaciones consideradas a cada baliza colocada en elementos, para poder determinar la estimación de la carga viral".
- SOFÍA ANTONELLI – Buenos Aires
"Estudio Ingeniería Eléctrica y estuve en el equipo de tecnologías pensando cómo sería el dispositivo. También redacté el documento de entrega para el concurso y el audio del video que presentamos".
SOFÍA AVETTA – Buenos Aires
"Soy ingeniera Electrónica y mi tarea fue realizar aportes en el diseño teórico de la propuesta de prototipo del dispositivo y comunicaciones. También aporté en el diseño de la demo de interfaz web".
DANIELA PEDROZO – San Juan
"Estudio Bioingeniería y colaboré con los aspectos tecnológicos relacionados con el funcionamiento electrónico. También con el diseño del sistema informático que procesa luego los datos obtenidos".
PRISCILLA OÑAS – San Juan
"Estudio bioingeniería. Desarrollé el modelo de negocios, teniendo en cuenta los aspectos económicos por el cual atravesamos en una pandemia. También trabajé en los análisis que el proyecto requería".
EMILIO KENAN – San Juan
"Como diseñador Industrial, generé el modelo digital siguiendo una morfología orgánica, respondiendo al concepto de biomímesis, representando curvas elegantes y refinadas".
FEDERICO MERCADO – San Juan
"Como soy estudiante de Bioingeniería, evalué qué tipos de componentes son necesarios para conformar el sistema y el modo de correlacionar los datos recibidos para realizar un mapa de carga viral".