María Sara Bustos tiene 38 años, reside en el departamento Zonda e ingresó este jueves por la tarde con un aborto espontáneo. Hasta ahí el caso no resultaría llamativo. Pero los médicos se encontraron con una traba para avanzar en la recuperación de la mujer: por su religión, es testigo de Jehová, no acepta recibir sangre.
Su negativa no es sólo una cuestión de palabra, sino que tiene firmado ante escribano público su negativa a recibir una transfusión, trámite que realizó previamente para que, en el momento que suceda, exista un documento que lo impida.
La información fue confirmada a DIARIO DE CUYO por el jefe de la Comisaría 1ra, Gregorio Díaz. “A nosotros nos llegó el radiograma del Hospital Rawson y por eso nos obligó a pedir la intervención de la Justicia, caso que cayó en el juez Pablo Flores (Segundo Juzgado de Instrucción)”, dijo Díaz.
El caso es por demás polémico porque está en juego la vida de la paciente. De acuerdo a lo que informaron, producto del aborto Bustos perdió “mucha sangre” y la no realización de una transfusión pone por estas horas en serio riesgo su vida.