Por una tarde, Media Agua se transformó en una parroquia gigante y al aire libre. Las casas estuvieron adornadas con globos y gallardetes amarillos y blancos, los altoparlantes hicieron resonar los rezos y cánticos en todas las calles y las imágenes de la Virgen y los santos desfilaron junto a 8.000 fieles, según datos de la organización. Para completar la postal, la gente ocupó 7 cuadras de la villa cabecera de Sarmiento durante la peregrinación. Todo para honrar a San Antonio de Padua, patrono del departamento, en su día.

A las 15, el escenario estaba preparado a un lado de la parroquia y rodeado de flores y en las calles cercanas había carpas en las que se vendía desde comida hasta ropa y suvenires. Mientras, las escuelas preparaban a sus alumnos para el desfile y los fieles llegaban de todos lados. Minutos después, al grito de “¡Viva San Antonio de Padua!” se anunció el inicio de la procesión.

La primera en desfilar fue la imagen de la Virgen de Luján que en el marco de la novena por San Antonio había sido entronizada en la parroquia.

Detrás de ella se encolumnaron las banderas de ceremonia de las distintas escuelas, los jardines de infantes, las academias de danza y los clubes deportivos del departamento. Y luego se ubicaron las imágenes de la Virgen y los santos más importantes de cada uno de los distritos sarmientinos. Recién después, desfiló la camioneta que llevaba la imagen de San Antonio, que fue especialmente arreglada para la ocasión (ver aparte). Detrás de él caminaron todos los fieles.

La columna, que abarcó 7 cuadras, avanzó a paso lento rezando, cantando y oyendo los pedidos de paz, seguridad y fidelidad que resonaban en los parlantes.

El peregrinar duró alrededor de una hora. Y el último en llegar al altar preparado sobre la calle fue San Antonio. En la última cuadra, el Santo pasó entremedio de la gente y fue custodiado por los alumnos del colegio que lleva su nombre, quienes hicieron una especie de vallado humano para acompañar su paso. La gente lo saludó vitoreando y levantando banderas papeles, argentinas y pañuelos. Después de que la imagen fue ubicada a un costado del escenario comenzó la misa, que fue oficiada por monseñor Alfonso Delgado.