Con un generoso bostezo, ayer una mujer esperaba sentada que se hicieran las 10 para que la atendiera su neurólogo en el Hospital Rawson. En sus dos costados había asientos vacíos, de un lado descansaba su cartera y del otro, la mano que no tapó su boca. No había personas paradas por falta de sillas como habitualmente pasa de 8 a 10 de la mañana en los consultorios externos de ese hospital. Ese lapso, de 2 horas, duró el paro médico de ayer. Es que mucha gente ya informada de esta interrupción de actividades no fue a sus consultas o fue después para no tener que esperar tanto. La escena fue similar en el Marcial Quiroga.

"Mucha gente no vino porque ya sabía del paro de la mañana por los medios", comentaba Mabel, una mujer que acompañaba a su marido a consultar en el Rawson. Agregó que "muchos de los que estaban a las 8, cuando les informaron del paro, se fueron para volver después de las 10. En mi fila había 40 personas y quedamos menos de 15".

En el Hospital de Niños no se escuchaba muchas quejas. Y tampoco se veía a muchas madres con sus hijos a las 9 de la mañana. Algunos nenes jugaban en el piso sin piernas que les estorbaran.

En los consultorios externos del Quiroga, desde las 9:30 comenzaban a llegar muchas personas. Caminar por los pasillos se hacía engorroso. El paisaje despejado pasó a estar lleno de gente, no se veía el otro lado del pasillo. Es que sucedió lo mismo que en el Rawson. Mucha gente ya enterada del paro activo fue a atenderse cerca de las 10. Por supuesto, desde ese momento, a los médicos se les acumuló todo el trabajo de las 2 horas de paro. Los pacientes golpeaban la puerta de los consultorios a cada momento y se amontonaban a sacar un turno.