"Gracias a unos pesitos que gané en el fútbol, en su momento me pagué un instituto para hacer un curso de reparación de PC. Hoy en día trabajo de eso".

"Trinidad para mí es todo: jugué un Mundialito a los 8 años. Hoy veo ese torneo y me agarra una nostalgia inmensa. Ojalá tenga hijos que puedan disfrutarlo como lo hice yo".

"Me preocupa el presente de Trinidad. Hay dirigentes que se rompen el lomo para dejarlo lo más arriba posible. Como hincha y jugador, me desgasta tener que pelear siempre por el descenso".