Las horas del día a veces fueron pocas para los ingenieros sanjuaninos que tuvieron la difícil tarea de reajustar el proyecto de obra de la Sección III de la ruta 40 Sur, que una empresa mendocina abandonó y que tenía un severo problema de costos y financiamiento por la cantidad de parcelas a expropiar. En el 9no Distrito de Vialidad Nacional no sólo consiguieron reajustar todo el proyecto, sino que bajaron en más de dos tercios la cantidad de propiedades (con mejoras) a expropiar; instrumento clave para adaptarse a los requisitos del BID, que en los próximos días enviará una comitiva a San Juan. DIARIO DE CUYO accedió al trabajo proyectado (ver infografía), que ahora sólo necesita algunos ajustes técnicos y que será la base para poder licitar nuevamente la obra.
La Sección III de la ruta 40 es la que va desde Calle 8 hasta ruta provincial 295 (acceso a Cochagual) y tiene sólo 9% de avance obra tras el abandono de la empresa Green. El otro tramo, la Sección II (desde el acceso a Cochagual hasta Tres Esquinas) tiene una ejecución del 28% y en unos días abrirán los sobres tras el llamado a licitación.
Así, son aquellos 26 kilómetros de la Sección III que los ingenieros locales debían resolver en los planos para reflotar el proyecto. Y uno de los pilares en la reformulación fue reducir considerablemente la cantidad de terrenos a expropiar. El proyecto original contemplaba la expropiación de 372 terrenos y con el reajuste (aún con valores preliminares) llevaron a 275 las parcelas a afectar, tal como lo había adelantado este diario en enero pasado.
Sin embargo, los ingenieros locales continuaron afilando el lápiz y lograron que los terrenos a expropiar que cuentan con mejoras, entendidas estas como las generan valor agregado ya sean galpones, reservorios o pozos, bajaran a 68 de un total inicial de 301.
Para conseguir semejante ajuste es que proyectaron muros de sostenimiento en lugar de los taludes habituales en las rutas, explicaron Daniela González Scafide y Alexis Lucero Soriano, responsables del proyecto, quienes trabajaron junto a Adrián Ureta. De esta manera, las colectoras quedaron más cerca de las calzadas principales y entonces toda la superficie se redujo. De acuerdo a los especialistas, el ancho de las calzadas principales será de 7,30 m, con separadores central tipo New Jersey; las colectoras tendrán 6,70 m y habrá banquinas enripiadas de 1,50 m.
Además, debido a que en general las calles transversales se encuentran a un nivel inferior que el de las calzadas principales, proyectaron 10 alcantarillas a lo largo de 26 km. Se trata de pasajes o puentes que cruzan por debajo de la ruta, por lo tanto el flujo transversal de vehículos y de peatones será mucho más ágil y seguro. Y es que con estos cambios, los vecinos de la zona o aquellos que trabajan por allí, por ejemplo quienes usan camiones con mucho peso y poca potencia, ya no tendrán que atravesar la ruta desde cruces con elevación, sino que lo podrán hacer por pasos seguros a través de esas alcantarillas, que estarán totalmente iluminadas.
En tanto, generaron 5 intercambiadores con bajas y subidas, siempre bajo la consigna de brindar mayor seguridad vial y afectar lo menos posible a los frentistas, especialmente entre Calles 8 y 14, indicaron los ingenieros.
El proyecto ya fue presentado a las autoridades del BID, que dieron un visto bueno inicial y en VN esperan la llegada de una comitiva que hará una recorrida por la ruta. En el organismo son optimistas en poder avanzar con el financiamiento y la licitación
Demoras
La obra sobre la Ruta 40 Sur tiene un amplio historial de demoras. Y es que la empresa Green inició los trabajos en julio de 2018 y debía finalizarlos para mayo del 2020. Pero se declaró en quiebra y abandonó la obra. Al retirarse, ni siquiera continuó con el mantenimiento de la zona, que encaró Vialidad Provincial.
Detrás de los planos, la vida de los ingenieros
Son quienes le sacaron tiempo a sus familias, lo que se acostaron pensando cómo resolver algunas cuestiones, lo que lograron reflotar un proyecto caído y hacerlo posible de construir. Detrás de los planos y cálculos hay muchas personas, pero dos profesionales sanjuaninos fueron los responsables de que la Sección III de la ruta 40 entrara nuevamente a escena. Se trata de los ingenieros Daniela González Scafide y Alexis Lucero Soriano, quienes coincidentemente transcurrieron buena parte de sus carreras profesionales fuera de San Juan y que volvieron a su tierra para proyectar obras de gran impacto social.
Daniela egresó de la UNSJ como ingeniera civil y luego hizo un posgrado en la Escuela de Caminos. Mamá de un varón de 10 años, trabajó en la casa central de Vialidad Nacional, estuvo 11 años en Jujuy y fue jefa de Proyectos en Corrientes, pero la pandemia y cuestiones familiares fueron motivos para que decidiera volver.
Alexis, a poco de obtener un posgrado como ingeniero, entró a VN y lo enviaron a Tierra del Fuego, que estaba reorganizando su distrito. Estuvo 9 años allí, afrontando obras de gran calibre, pero San Juan lo llamaba y en 2018 salió su pase. En pareja desde hace unos años, trabaja en la División Obras de Vialidad Nacional.