Los 48 acusados de participar de la llamada fiesta VIP, la cual fue realizada clandestinamente en medio de la pandemia, llegaron temprano al teatro Municipal.
Vestidos de manera formal, muchos de lentes negros y todos con teléfono en mano, así llegaron los jóvenes para ser parte del proceso multitudinario y el único con esa cantidad de acusados.
Algunos aprovecharon la espera, de más de una hora, para definir detalles con sus abogados que presenciarán el juicio desde el Foro. La constante en los jóvenes fue el nerviosismo que quedó demostrado en las innumerables salidas al baño o movimientos de cabeza.
Uno de los presentes se mostró molesto por la presencia de la prensa y aseguró que se los ubicó “para salir bien la foto”. Para evitar los flashes muchos optaron por bajar la cabeza, cubrirse el rostro o subir el barbijo.
Pocos los jóvenes que dialogaban entre ellos, la mayoría eligió el silencio o mandar mensajes a sus familias o conocidos. Cabe recordar que en la sala sólo se encontraban los acusados ya que el proceso será por videoconferencia.
La denominada fiesta VIP se gestó el viernes 11 de este mes en una casa del Barrio Privado Casa Grande, en Santa Lucía. En el festejo fueron detenidos 48 jóvenes, mientras que otros lograron escaparse ante la llegada de los policías. El número de participantes fue tan sólo una muestra de que no fue algo improvisado, ya que se movilizaron en 28 vehículos de las más variadas gamas y hasta hubo un DJ que puso música y el encuentro fue regado con 19 botellas de cerveza, 10 de vino, 13 de bebidas blancas y siete latas de cerveza.