�Teniendo en cuenta la retracción que hubo en el consumo, tanto en el mes de febrero como en marzo, lo lógico sería que la gente vuelque este dinero para ponerse al día con las tarjetas de crédito, muy resentidas en este tiempo, y recuperar, al menos en parte, su poder de consumo. Es decir, prácticamente no debería mover la aguja de precios, no debería generar inflación al momento que se inyecten estos casi 130 millones de pesos. 
En este tiempo el poder adquisitivo de los argentinos se redujo al mínimo y lo que hacen las paritarias es tratar de al menos lograr una paridad entre inflación y sueldos, que está claro difícilmente se logre con los porcentajes que se están acordando y la marcha de la inflación. Ahora bien, cuando culminen la mayoría de las paritarias, de sectores también muy populosos, hay que ver recién ahí cómo se acomoda todo. 
Hoy hay otros elementos que sí generan inflación, y el más claro es el incremento en los combustibles, éste es un ítem que casi que se traslada de inmediato a toda la cadena de valor y genera aumentos en los precios.