Como en casa. Los jugadores y el cuerpo técnico jugaron con los chicos y hasta les dejaron de regalo una camiseta con la que jugarán el Mundial. 

 

La mañana de ayer no fue una más en la Casa Sahni. Es que mientras los chicos jugaban en el patio y sus mamás ordenaban un poco el living de esa vivienda, un grupo de jugadores de la Selección Argentina de hockey sobre patines llegó de visita. Esto, porque fueron a apadrinar una de las habitaciones que tiene esa casa que tiene como objetivo ayudar a las familias que llegan al hospital Rawson a hacer algún tratamiento médico con sus hijos, desde departamentos alejados. La visita, que incluyó un recorrido por la casa, terminó con los jugadores de la Selección jugando con los niños que ayer estaban en el lugar.

Al principio todos estaban un poco tímidos. Los niños y los integrantes del seleccionado hablaban en voz baja, prestaban atención a cada explicación de los coordinadores de la casa y hasta se sacaron algunas fotos "formales" de la visita. Sin embargo, poco a poco, todos empezaron a sentirse más relajados. Ahí comenzaron los gritos, las sonrisas y las selfies.

"Es una experiencia muy linda poder estar acá con mis compañeros", dijo Carlos Nicolía, el capitán de la Selección, quien fue el nexo entre la casa y los jugadores, pues él ya conocía este lugar. Por su parte, otros jugadores que no la habían visitado nunca dijeron que no podían creer la tarea solidaria que ahí se hace y hasta tuvieron momentos de mucha emoción. "Cuando Carlos -por Nicolía- nos propuso ayudar, no lo dudamos ni por un segundo siquiera.

Con muy poco podemos hacer mucho y es una iniciativa que nos enorgullece”, dijo Valentín Grimalt, uno de los arqueros del seleccionado, que es mendocino y que al igual que sus compañeros se comprometió a organizar algunos eventos para poder recaudar fondos para ayudar más a la casa. Por su parte, Lucas Ordoñez, el jugador sanjuanino que fue uno de los que primero se puso a jugar con los niños cuando entraron, dijo: “Poder ayudar siempre es lindo. Nosotros estamos lejos y de esta manera vamos a sentirnos cerca”.

Acompañados por sus esposas, novias e hijos, los jugadores conocieron cómo se trabaja en la casa y destacaron el rol de los voluntarios y de las mamás de los chicos que hacen que la casa se mantenga como nueva a pesar de tener más de 8 años. 
“Sahni recibe donaciones de alimentos, ropa y otros productos, pero también tiene aportes económicos de parte de sus padrinos.

Esta ayuda en dinero nos permite tener abierta una habitación durante todo un año. Gracias al apoyo de los jugadores podremos seguir trabajando”, dijo María José Bermudez, una de las integrantes de la Comisión Directiva y contó que esperan que la visita de los jugadores sirva para poder tener más padrinos, pues la casa perdió algunos de ellos en el contexto de la crisis económica y la pandemia de covid-19.

 

 

>> LA CASA
Quienes deseen colaborar pueden dejar sus donaciones en Casa Sahni, ubicada en calle Santa Fe y Avellaneda, Capital, de lunes a viernes de 8 a 13. También se pueden comunicar a través de las redes sociales o al 4227648. Esta casa tiene 10 habitaciones. Desde que abrió sus puertas en 2014, ya recibió 2.000 niños y a sus mamás. 

 

 

  • Como un niño más

Como si fuera un niño más, que se conoce desde hace mucho tiempo con el resto, Lucas Ordoñez fue el primero en jugar. Lo hizo ni bien entró a la sala donde estaban los pequeños. Con un camioncito jugó con uno de los nenes que después lo siguió por toda la casa.

 

 

  • Padrinos del cuarto

Los jugadores de la Selección Argentina recorrieron todos los rincones de la casa. Cuando llegaron a la habitación que apadrinaron, que lleva el nombre de ellos en la puerta, se sentaron en la cama y estuvieron ahí varios minutos conversando entre ellos y con la gente de la casa.

 

 

  • Posando juntos

El capitán argentino Carlos Nicolía y su esposa se sintieron como en casa. Posaron para las fotos con todos los chicos. Juan Pablo Garay, de Astica, Valle Fértil, tiene 4 años y los buscó en varias oportunidades para que lo tuvieran en brazos y se fotografiaran con él.

 

 

  • Regalo para la casa

A medida que los jugadores fueron llegando, firmaron una camiseta que dejaron de regalo para la institución. El último en dejar su sello personal fue José Luis Páez, el técnico del seleccionado. Los chicos posaron después con la camiseta y algunos pidieron autógrafos.