San Juan, 11 de mayo.- El pasado sábado, Miguel Ángel Santurio se presentó en el Barrio Alberdi de Santa Lucía, ante decenas de personas que, desesperadas, concurrieron a la "misa de sanación" que prometía.
Sin embargo, lejos de ser una figura celestial, el hombre fue expulsado por el Vaticano, durante el pontificado de Benedicto XVI, por "graves delitos eclesiásticos" y además estuvo acusado de haber abusado sexualmente de tres menores.
Santurio tuvo sus comienzos en la diócesis San Luis hasta que fue trasladado a Puerto Iguazú, Misiones, donde fue acusado de abusar de tres chicas de la zona, crimen del cual fue encontrado inocente por la Justicia Federal Argentina. De igual manera, la Iglesia decidió someter a Santurio a un Tribunal Eclesiástico, el cual lo encontró culpable y lo expulsó de su estado clerical en noviembre de 2012. Tras su expulsión de la iglesia Católica, Santurio ha continuado obrando como carismático, realizando imposición de manos y distinto tipos de sanaciones, informó La Gaceta, de San Luis.
"Santurio no posee ningún oficio o encargo pastoral ni tiene licencias o autorización para realizar ningún tipo de acto religioso o sacramental, a saber: celebrar bautismos y confirmaciones, oír confesiones, celebrar la Santa Misa, ni concelebrar; asistir a la celebración de matrimonios; administrar la unción de los enfermos, administrar sacramentales (bendiciones, exorcismos)", explicaba el comunicado con el que la Iglesia daba a conocer su situación.
Además, el hombre fue acusado de abusar entre 2008 y 2009, de menores haciéndolas pasar por el rito bautizado como “el exorcismo del león” en la provincia de Misiones. En estas prácticas, las jóvenes eran desnudadas y manoseadas. “Una de ellas fue violada más de una vez. Nos contó que llegaron a atarla y que dos mujeres que vinieron de San Luis con Santurio colaboraron con él en esa situación. A una de estas personas la identifican como una pareja habitual del sacerdote", relató la abogada de una de las víctimas.
