Cuando las horas pasaban y la puerta del Juzgado de Paz seguía cerrada, los vecinos de San Roque que fueron hasta San José de Jáchal a una audiencia convocada por el juez Pablo Oritja y que esperaban afuera se impacientaron. En ese pequeño pasillo del edificio ubicado frente a la plaza habían estado de pie y portando carteles pidiendo soluciones al problema del agua. Entonces, pasadas las 13 (tres horas después del horario de convocatoria) empezaron a hablar en voz alta pidiendo que alguien saliera a darles alguna respuesta (de la reunión participaron representantes de OSSE, Salud Pública, Fiscalía de Estado, Municipalidad de Jáchal y vecinos de San Roque), a la vez que otros empezaron a aplaudir. Un policía que estaba en el lugar intentó impedir esa espontánea manifestación y se vivió el momento más tenso de la jornada, pues generó una discusión.
Como el efectivo estaba solo, rápidamente aparecieron tres policías más para reforzar la custodia del juzgado, aunque la situación no pasó a otros niveles.
’Si usted tuviera hijos tomando esta agua estaría igual de nerviosos que nosotros’, le recriminó un vecino al efectivo que frenó los aplausos y gritos de los asistentes. ’Sólo queremos que salgan y nos digan qué va a pasar’, señaló una mujer.
Sobre las 14, el juez Pablo Oritja dijo que evaluaba la posibilidad de rever la medida cautelar en la que obligó al municipio jachallero a enviar agua potable a San Roque, a la vez que indicó que le solicitó informes de situación a OSSE y al Ministerio de Salud. Ayer, el titular de OSSE, Cristian Andino, no pudo ser contactado pese a los intentos, a la vez que Roque Elizondo, responsable de Medicina Sanitaria de Salud Pública indicó que primero debía recibir un informe técnico y luego reportarse ante los pedidos de la Justicia, por lo que estimaba que hoy podría hacer pública una postura.
Por su parte, Oritja adelantó que los especialistas convocados a la audiencia le explicaron que la presencia de niveles superiores de arsénico en el agua es históricos en Jáchal, pero aunque no quiso explayarse para adelantar su fallo, insistió en que pretende tomar una serie de medidas para controlar el agua del pueblo y estudiar la salud de sus habitantes.
De todos modos, una posibilidad que se manejaba ayer es que el juez ordenara la restitución del abastecimiento de agua de pozo a la planta y su cisterna para que fuera utilizada para higiene o lavado de ropa, pero que la Municipalidad mantuviera la asistencia de agua potable casa por casa para consumo humano. Al cierre de esta edición, no salía el fallo del juez.
’Vamos a esperar qué decide la Justicia, pero que nos trajeran agua para consumo no es una mala idea. Dejando 100 litros de agua por día a cada familia, con dos camiones diarios alcanzaría. Ahora necesitan seis camiones para hacer funcionar la red y está visto que no les alcanza porque el pueblo no tiene agua de surtidor. Igual, los vecinos nos vamos a seguir reuniendo’, expresó Raúl Molina, vecino y expresidente de la vecinal.
El malestar de los vecinos de San Roque ayer era evidente y algunos hasta pensaron en iniciar una campaña para que el pueblo de Jáchal les done bidones de agua potable.
Por otro lado, Angélica Quinteros, la mujer que solicitó el informe en el que detectado el nivel anómalo de arsénico en el agua, relató que todo comenzó porque a una vecina de San Roque le dijeron que el líquido del lugar no era apto para utilizar una máquina de ósmosis inversa, que adquirió para potabilizar agua. ’A partir de ahí nos entró la duda, le pedí un análisis al Centro Regional de Aguas Subterráneas y saltó el problema’, contó.

