Cecilia Montaño es madre de un nene de 12 años, tiene su propio negocio de venta de ropa, hace artesanías en totora y también se ocupa de las tareas de la casa. Desde el año pasado agregó una actividad más a su cargada agenda. Una que no le deja más ganancia que sentir que hace el bien. Esta joven de 34 años rescata los perros abandonados en el Jardín de los Poetas, en la Quebrada de Zonda, para darles atención y cariño hasta que aparece alguien para adoptarlos. Es por eso que para hoy organizó una jornada de adopción de mascotas en una plaza para que la gente pueda adoptar perros o gatos y también ofrecerlos en adopción (ver aparte).
El comentario de una amiga fue el que desencadenó la faceta solidaria de esta chica en pos de los animales. “Me comentó que en el Jardín de los Poetas había una perra que había tenido cría y que los cachorritos corrían el riesgo de salir a la calle y que los matara un auto. Al otro día fui y los traje con madre y todo. Luego los hice vacunar y desparasitar, y los di en adopción. Fue mi primer caso de rescate”, dijo Cecilia.
Desde entonces esta chica comenzó a visitar semanalmente el Jardín de los Poetas para llevarle comida y abrigo a los perros abandonados. Cada vez que consiguió que algún amigo con auto la ayudara, los trajo para hacerlos vacunar, esterilizar y recibir atención médica, ya que muchos quedaron quebrados tras ser atropellados en la calle. Hizo esterilizar a 38 hasta el momento. “En un principio yo costeaba todos los gastos, pero tuve que terminar pidiendo ayuda para poder atender a todos los perritos. El primero en ayudarme fue mi hijo que les compró alimento con sus ahorros, luego se sumaron dos amigas que tienen tiendas. Ofrecieron sus locales, que quedan frente a la Facultad de Filosofía y otro en el Patio Alvear para que la gente deje su colaboración que puede ser alimento, mantas o algún medicamento. Si quieren donar plata también la acepto para pagarle al veterinario. Por suerte, a través del Facebook también hay mucha gente que me ofrece su ayuda”, dijo la chica.
El último trabajo solidario que realizó Cecilia fue mejorarle las condiciones de vida a una perra adulta a la que le falta una pata, que también está en esa zona. Vive en el interior del baño abandonado que está al lado del piletón en la Quebrada de Zonda, que estaba convertido en un gran basurero. La joven, con unos amigos, lo limpió y desinfectó por completo. Además le dejó comida y abrigo al animal.

