Este año, la calle se colmó de pañuelos para saludar a la Virgen. A los que llevó la gente en forma particular se sumaron los 3.450 que donaron en forma anónima y que ayer en la madrugada repartieron entre los fieles que madrugaron para participar en la procesión por el Día de la Inmaculada Concepción de María. Pese a que el regalo fue importante, tanto en significado como en cantidad, resultó poco. Es que unas 8.000 personas participaron de esta manifestación de fe que culminó con una misa al aire libre con las primeras luces del día.

Media hora antes de que arrancara la procesión ya hubo fieles esperando para participar de la misma. Rezaron y cantaron por el buen clima que les había tocado en la jornada de ayer. Fueron los primeros en recibir los pañuelos que donaron otros devotos de María que prefirieron permanecer en el anonimato. ‘Unas personas llevaron los pañuelos a la Parroquia de la Inmaculada Concepción y sólo nos dijeron que eran un regalo en agradecimiento por las bendiciones recibidas y que los repartiéramos entre la gente que participara en la procesión. Así lo hicimos’, dijo Raúl Urrutia, de la parroquia mencionada.

Debido a la cantidad de pañuelos los voluntarios tuvieron que buscar ayuda extra para repartirlos. Entregaron una bolsa con varios de ellos a fieles que esperaban por la procesión para que ellos los repartieran entre las personas que tenían más cerca.

Los pañuelos fueron realizados en tela vegetal, con una imagen de la Virgen impresa y en tres colores diferentes, cada uno con un significado: celeste, por el manto de la Virgen; blanco por su pureza; y amarillo simbolizando la luz y el lucero del alba.

Faltaba una cuadra aún para que la Virgen llegara al punto de salida y la gente comenzó a agitar los pañuelos para saludarla. El saludo duró unos 10 minutos, tiempo en que la gente no dejó de hacer flamear los pañuelos. Además lo hizo cada vez que se pidió un aplauso para la Virgen o se gritó un ¡Viva María! durante todo el recorrido de la procesión. Aunque los pañuelos se volvieron a agitar con mucha energía cuando la imagen de la Virgen llegó a la Parroquia de la Inmaculada Concepción donde la esperaban cientos de fieles que le dieron la bienvenida agitando pañuelos y banderas. Lo hicieron en completo silencio, mientras escuchaban la voz de un locutor que repitió el lema de este año ‘María ayúdanos a ser tan misericordiosos como tu hijo’.

Como es costumbre, la primera procesión de ayer arrancó antes del amanecer, desde la esquina de Tucumán y San Luis, para llegar hasta la parroquia de Concepción donde se celebró la misa al aire libre. Lo mismo sucedió por la tarde cuando se realizó la segunda procesión por el Día de la Inmaculada Concepción que también contó con la participación de miles de feligreses.