�El Águila, principalmente antes de la década del ‘80, fue refugio común de políticos de fuste del escenario local. Por allí pasaron hombres de la talla de Eloy Camus o Ruperto Godoy. Ya en la década del ‘90 y más aún entrado este milenio, mutó el ADN de los clientes, abriéndose a nuevas expresiones y sectores sociales.
