La Promoción no es un partido más, es un choque de 180º entre dos equipos de distintas categorías y con realidades contrapuestas. Decir que el que está arriba tiene ventaja deportiva es una apreciación incorrecta: jugar para no perder es mucho más difícil que jugar para ganar. El que busca ascender llega a la contienda cargado de optimismo y entusiasmo, el que busca permanecer acarrea una mochila llena de dudas y miedos. Sólo aquellos que vivieron una promoción son capaces de comprender la insignificancia del empate como ventaja. River y Belgrano se verán las caras. También lo harán San Martín (SJ) y el ganador de Huracán y Gimnasia (LP). Todos estos clubes están curtidos en el arte de pelear por ascender o por no descender, salvo River. Puede que sea una ventaja pero también puede ser una condena.
