El último Café en barra que quedaba en la provincia reabrió sus puertas. Un comercio que sobrevivió a los embates del tiempo, supo mantenerse en pie y transformarse en un lugar mítico de la Ciudad con un sello propio: la barra en la que sirven el café.
Por esa barra pasaron políticos, empresarios, finqueros, bodegueros, abogados y los comerciantes más reconocidos de la provincia, y hoy sus dueños aseguran que ya van por la cuarta generación de clientes.
A pesar de que fue fundado en los 60, esa barra nunca fue modificada, conservando así su estilo único y tan característico. Tradicional, cálido, acogedor… así se define este clásico Café que hoy recibe nuevamente a su clientela de tantos años, y tantos nuevos clientes que se ven tentados a probar un cafecito en la barra. No es casual escuchar a los clientes recordar cuando hace años desayunaban o merendaban en el Café, acompañados por sus padres o abuelos. Y así los actuales dueños reciben lo que tanto esperan, mantener la esencia del Café de la Galería.
Cuentan sus nuevos dueños que lo que buscan es conservar el estilo estético de aquellos años, como así también la calidez y cordialidad en la atención y la categoría de los productos que ofrecen.
Y así se crea un ambiente entre conocidos y amigos, que entablan charlas con las atentas mozas y los dueños, quienes enfocados en las necesidades de sus clientes buscan generar un clima ameno y distendido, mientras se degusta un rico café.

