“Fue una grosería que colmó el molde de todo. Desvastó, derribó barreras, no tiene razón de ser una afrenta como la que tuvo para con la prensa y el público en general, porque lo hizo dentro de un espacio en el que lo estaba viendo la familia. Lo triste de todo esto es que la AFA, parece, no tomará ninguna medida. Creo que, más allá de los desaciertos deportivos, no debería seguir en el cargo. No entiendo cómo los periodistas no se levantaron y se fueron”.
