�El PISA sirve para examinar la educación de los países en relación al resto del mundo y tiene por objeto la ‘evaluación‘ de estudiantes que están casi terminando su educación obligatoria. Los estudiantes que participan son elegidos en función de su edad (entre 15 años y tres meses y 16 años y dos meses al principio de la evaluación) y no del grado escolar en el que se encuentran. Las pruebas PISA examinan el rendimiento de alumnos en áreas temáticas clave y estudian una gama de resultados educativos, como la motivación de los alumnos por aprender, la concepción que estos tienen sobre sí mismos y sus estrategias de aprendizaje. Cada una de las evaluaciones pasadas se centró en un área temática concreta: la lectura (en 2000), las matemáticas (en 2003) y las ciencias (en 2006). El Programa ahora está llevando a cabo una segunda fase de evaluaciones: en 2009 (lectura), 2012 (matemáticas) y 2015 (ciencias).
