La Estancia Maradona, un paraíso de la naturaleza que está a poco más de 50 kilómetros de la ciudad y uno de los más cercanos donde aún se puede ver guanacos, sigue siendo víctima del accionar de visitantes y simpatizantes de travesías en vehículos. Uno de los encargados del campo denunció que el lugar sufrió daños en la flora y especialmente que el puesto de Agua Pinto es afectado por el arrojo de basura, un accionar que ya no saben cómo frenar. El sitio, ubicado en Zonda y que aspira a convertirse en Área Protegida, ya había sufrido el incendio de un bosque de álamos en 2010.
Si bien es un campo privado y hay una tranquera en su huella de acceso, no está totalmente cercado y por eso es un lugar elegido para practicar enduro o travesías en vehículos 4×4, además que hay familias que asisten porque buscan pasar una jornada en medio de la naturaleza. ‘El problema no es la gente que va, sino lo que deja. En los últimos días me amargó la cantidad de basura que había, especialmente en el puesto Agua Pinto. Botellas plásticas, de vidrio, papeles, bolsas, de todo encontramos y tuvimos que bajar en camioneta. Además, hacen asados en las bases de los árboles, quemándolos, y usan los cuatriciclos en las vegas, que terminas destrozadas. Hemos colocado carteles concientizando, pero no hay caso, no lo podemos frenar’, dijo Juan Robles, encargado del puesto Agua Pinto.
La Estancia Maradona está al pie de la precordillera, cerca de las Sierras de Zonda, y se llega hasta allí tomando la huella pasando el puente de Zonda y que atraviesa la ruta 12. El lugar es atractivo no sólo por la belleza del paisaje sino por su nutrida flora y fauna.
Robles indicó que iniciaron una recorrida para buscar y bajar la basura que encuentran, pero solicitó que quienes visitan el lugar sean responsables. ‘Si llevan botellas, que las traigan de vuelta, si hacen asados, que no lo hagan junto a los árboles y especialmente que apaguen el fuego. Es un sitio que debemos cuidar y conservar’, señaló.
RIQUEZA NATURAL
‘Estancia Maradona sigue en estudio para ser considerada Área Natural Protegida, pero es importante conservarla porque tiene un corredor de guanacos en el límite con la Reserva El Leoncito, además de su flora y fauna autóctona. El objetivo es que, justamente al estar junto a la Reserva, se pueda proteger toda la zona colindante’, indicó Raúl Tello, secretario de Ambiente.
En el lugar, además de guanacos, habitan los suris cordilleranos, zorros colorados, distintas especies de aves y su ambiente también incluye arroyos y vegas. Tello indicó que además preocupa el accionar de los cazadores furtivos, por eso realizan controles semanales, independientemente de que el lugar sea privado, tal como sucede, por ejemplo, con Estancia El Carmelo, de Iglesia.
Desde Ambiente indicaron que al ser una región muy extensa (tiene 41.000 hectáreas) se complica el control sobre quienes arrojan basura, porque se los debe detectar in fraganti para poder aplicar actas de infracción. El vertido de desechos en lugares públicos o privados no habilitados está penado por el Código de Faltas con multas de hasta $10.000.

