El próximo 2 de julio, el cielo mostrará un verdadero espectáculo sobre San Juan y otras cinco provincias argentinas (parte de La Rioja, norte de San Luis, centro de Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires). Pasadas las 16,26, la Luna cubrirá al astro y por alrededor de dos minutos, la tarde se transformará en noche en distintas zonas de la provincia. Pero, ¿mientras eso pasa en el cielo, qué sucederá en la Tierra?
Según especialistas, durante la fase de totalidad del eclipse solar, que se da cuando la Luna cubre completamente el brillante disco del Sol, el cielo se vuelve muy oscuro, haciendo que las estrellas y planetas más brillantes sean claramente visibles.
En la Tierra, la temperatura se vuelve notablemente más baja y los animales, confundidos entre el día y la noche, comienzan a reaccionar. Las aves regresan a sus nidos y otras especies se tranquilizan mientras dura la totalidad. El fenómeno impacta también en la flora. Muchas flores, por ejemplo, tienen a cerrarse.
En esas condiciones, todo parece quedarse quieto por unos minutos.
Sin embargo, en el cielo, se desarrolla una escena diferente. Donde el Sol estuvo solo momentos antes, se observará a la Luna y la corona circular de luz blanca que es la tenue atmósfera del Sol. La corona no es como el aire que rodea nuestro planeta: se compone de gases ionizados que alcanzan temperaturas de más de 1.000.000 de grados Celsius, o 2.000.000 de grados Fahrenheit. Debido a que la corona es aproximadamente una millonésima parte del brillo del Sol, solo se nota durante un eclipse total.