Por Elida López (presidenta de la Sociedad Argentina de Letras, Artes y Ciencias filial San Juan) Los libros siempre tendrán su razón de ser, incluso ante el desarrollo tecnológico. Esta no es una cuestión de blanco y negro, la tecnología si ó no, la televisión si ó no. No son situaciones antagónicas e incluso diría que la misma persona que se sienta delante de la televisión o de la máquina conectada a Internet está haciendo un esfuerzo intelectual, al igual que hace al leer. Todo tiene que ver con la evolución y por qué no, con la búsqueda de otros paradigmas, de otras presentaciones del texto. La polémica sobre la vigencia del libro frente a Internet me hace acordar a la película “Moscú no cree en lágrimas”, de los años ´50, que planteaba que si la televisión iba a desterrar al teatro como propuesta cultural. Yo la ví, hace 30 años y me resultó muy interesante por la perspectiva del tiempo transcurrido. Uno se da cuenta que hay disciplinas, objetos y prácticas de la humanidad que van a trascender mucho más allá de las intenciones y los intereses. Con Internet ocurre lo mismo. Uno, siempre, tiene la posibilidad de optar qué lee, bajo qué formato y cómo lo lee. Lo mejor es buscar dentro de uno, la posibilidad que lo entretenga, le enseñe y lo colme del placer de la lectura.
