Ninguna de las 2 hermanas pudo embocar el aro en los conos naranjas pese a que lo intentaron 6 veces. Algo similar les ocurrió a los demás competidores. Ante esta situación, los organizadores decidieron firmarles el pase pese a que no lograron superar la prueba. Ocurrió ayer durante el desarrollo de la 6ta edición de la Aventura Urbana, una carrera con pruebas incluidas, que organiza la Municipalidad de la Capital y que este año reunió a unas 1.600 personas. La puntería y la agilidad fueron los principales obstáculos para los atletas que participaron en la categoría participativa.

En la plaza Aberastain los atletas tuvieron que poner a prueba nuevamente su puntería. Parecía ser más fácil que la anterior, pero igual se complicó. Como los corredores ya estaban un tanto agotados y con pocas energía también les costó embocar las pelotas en los canastos, más para los equipos integrados por niños de menos de 3 años. Para que los chicos no se sintieran frutados por no dar en el blanco, los organizadores los hicieron tirar de manera simbólica, aunque sus papás si tuvieron que embocar la bola para que les firmaran el pase y poder continuar con la competencia.

La posta siguiente puso a prueba la agilidad de los atletas y nuevamente se convirtió en un obstáculo difícil de superar. En cuatro patas, de rodillas o panza a tierra tuvieron que atravesar la zona de arrastre por debajo de un entramado de cuerdas ubicado a menos de medio metro del suelo.

Algunos papás cruzaron tirando a sus hijos o llevándolos alzados.

Muchos quedaron enredados entre las cuerda lo que obligó a los gendarmes apostados en el lugar a levantar las sogas para liberarles el paso.

Pese a la dificultad ningún participante pudo evadir la prueba. Los padres que llevaban a sus bebés en changuitos o en brazos, tuvieron que dejar los niños con el compañero de equipo y arrastrarse por debajo de las sogas.

Los atletas de la categoría competitiva, de 12 kilómetros, no tuvieron que sortear pruebas de puntería y agilidad, pero sí de resistencia. Subieron y bajaron las escaleras del Centro Cívico y de la Legislatura. Pero lo que más les costó fue escalar la loma del Parque de Mayo. Es que esta fue una de las últimas instancias de la competencia, cuando ya llevaban varios kilómetros corridos.

Los atletas participaron en equipos de 2 miembros, en las diferentes categorías. En la clasificación general resultó ganador el equipo Tobares-Aguilera, con 1 hora, 4 minutos y 5 segundos. En segundo lugar quedó el equipo Ruíz-Manzano, y en tercer lugar, Álvarez-Torres.

Todos obtuvieron trofeos y premios en efectivo. El equipo ganador de la general recibió un premio de DIARIO DE CUYO.