Comenzó con bombos y platillos, pero fue perdiendo poder de convocatoria: arrancó con 29.6 puntos de rating el 7 de mayo y el viernes pasado marcó 10.1. Y esta semana -a menos de dos meses de su estreno- el Bailando Kids verá su abrupto final, el viernes próximo y sin Marcelo Tinelli en pantalla, quien le pasó la posta a José María Listorti. Un golpe extra, ya que la ilusión de los chicos -más allá de la competencia- era estar con el popular animador. En un principio fueron dos emisiones semanales, jueves y viernes, pero ante la caída del concurso y el ascenso de Gran Cuñado, decidieron que la parodia política fuera también los jueves, comiéndole un día al concurso infantil; que además pecó de turbio en el terreno de las votaciones telefónicas, que por ejemplo dejaron afuera a Flor y Facu; apenas una de las críticas que le llovieron. El Comfer, por su parte, aprieta con la ley que dice que, después del horario de protección al menor (8 a 22), no puede haber niños en pantalla, a menos que estén en la tribuna y/o que se explicite claramente que se trata de un programa grabado; cosa que no se hizo y que, de hecho, tiene mucho que ver con el tema de las dudosas votaciones a través de mensajes de texto. En sintonía, el ministro Carlos Tomada dijo que el “Bailando Kids” era la peor expresión del trabajo infantil. Y como si fuera poco, los ritmos cargados de sensualidad (como axe y el reggaetón) y las consecuentes devoluciones del jurado, fueron denostadas por un sector, que critica a los adultos y habla de responsabilidad compartida. Así las cosas, el Bailando quedará para el debate, pero ya fuera de pantalla.
