“Para mí ese gaucho vestido todo de negro que dijo ver para donde iba mi tío, era el diablo…. cuando tomamos hacia donde nos dijo, hicimos unos kilómetros más, nos enterramos y ahí nos quedamos”.

“Menos mal que no nos pasó nada y que estamos bien. Ahora vamos a tener que bendecir la camioneta (Ford Ranger, 1.200 kilómetros de uso) y tratar de venderla porque algo tiene”.