El 23 de abril de 1929, los juegos de azar y la circulación de billetes de lotería eran prohibidos en San Juan, salvo los que fueran autorizados por la Nación. La medida la tomó el interventor federal Modestino Pizarro, quien desplazó al gobernador Aldo Cantoni. En los fundamentos del decreto, se calificaba a ese tipo de juegos como "una enfermedad social". Carelli resaltó que la intervención fue ordenada por el presidente Marcelo T. de Alvear y ejecutada por su sucesor, Hipólito Yrigoyen, líderes radicales enfrentados con el cantonismo, y que la resolución apuntaba a desmantelar la fuente de ingresos del Gobierno depuesto.