El Fondo Anticíclico se creó por ley en 2004 y un año después se integró con un aporte que salió del Tesoro Provincial. Los recursos están exentos de cualquier embargo que recaiga sobre las cuentas públicas y están en un fideicomiso que se constituyó en el Banco San Juan, que es el agente financiero de la provincia. La entidad bancaria le debe informar todos los meses al Ministerio de Hacienda sobre las inversiones y la evolución del fondo y a su vez, la certera que dirige Francisco Alcoba remite detalles a la Cámara de Diputados en forma trimestral. La idea fue ahorrar en épocas de vacas gordas, para tener una reserva en tiempos de crisis.