La mezcla es tan extraña y con elementos opuestos, que ni siquiera entrando en una máquina del tiempo se podría encontrar. Sin embargo, funciona a la perfección. Es que en San Juan se puede conocer las réplicas exactas de los primeros habitantes de la Tierra apoyados en tecnología de última generación, en la remake de Titanes de Ischigualasto. Todo está en la exposición montada en el Predio Ferial, que tiene un plus con respecto a aquella que se vio hace 2 años en el Auditorio. Ahora, los dinosaurios están acompañados por microcines y por el doctor Dino Saurestein, un especialista con acento extraño que interactúa con los visitantes desde robots llamados Robolas. Un mecanismo ideal sobre todo para los niños, que pueden ir de visita durante estas vacaciones.
La primera parada de la muestra ayuda a inmiscuirse en el Triásico. Una pantalla conectada a un home theater proyecta un video en el que se puede conocer cómo era Ischigualasto mientras lo habitaban los dinos.
Al seguir el camino, los dientes terminados en punta de las bocas gigantes dan más escalofríos que antes. Es que están entre telones negros, que dan un ambiente impactante a la muestra y permiten que las luces artificiales tengan más fuerza sobre las reproducciones de pieles escamosas o los grandes esqueletos.
La atmósfera de hace 300 millones de años se termina de recrear con el sonido ambiente, que comienza a oírse de a poco mientras los visitantes se escabullen entre los animales de ojos penetrantes que tienen un brillo tan real que parecen mirar a quienes pasan. Así, el ruido va desde la reproducción de los penetrantes rugidos hasta los sonidos de los pájaros y el correr del agua en una cascada.
Todo está entre las escenas en las que se ve a los animales comiendo, peleando y hasta metiéndose en cuevas rodeados por reproducciones de las plantas que cubrían Ischigualasto. ‘Tratamos de poner énfasis en que las reproducciones sean lo más parecidas posible a lo que fueron en realidad. De hecho, habíamos puesto unos helechos que tuvimos que sacar porque vino una especialista y nos dijo que ese tipo de plantas no existía en la Prehistoria‘, cuenta Florentino Alcober, en el recorrido.
A su vez, a los carteles informativos se sumaron los datos que ofrecen las Robolas. Los aparatos tienen botones rojos que al tocarlos comienza a hablar Dino Saurestein. Él narra la historia de los animales y, después, realiza preguntas para ver qué aprendieron quienes la escucharon.
Al final, en otra pantalla se puede ver cómo los paleontólogos recorren Ischigualasto para encontrar fósiles y cómo los miembros del Museo de Ciencias Naturales trabajaron para armar las sorprendentes reproducciones de los dinosaurios.