Alejandro Caldarelli / Director de la consultora Economía & Regiones El tipo de cambio real se apreció casi un 40% entre 2007 y 2011. A pesar de esta apreciación cambiaria, el nivel de actividad se incrementó un 23% en el mismo período. La desprotección implícita en el abaratamiento de dólar, acompañado por altas tasas de crecimiento pone en evidencia dos fenómenos: primero, que no hay un solo tipo de cambio real relevante y segundo, que las políticas fiscales, monetarias expansivas y salariales contrarrestaron los efectos negativos del abaratamiento del dólar en materia de nivel de actividad. Muy probablemente la actual administración no estaría convencida de aplicar una devaluación uniforme porque, según su punto de vista, podría acelerar la velocidad del incremento del nivel general de precios. Así, es poco probable que el Gobierno oficializara una depreciación nominal de, por ejemplo, 25% y eleve el tipo de cambio nominal a 5.50 pesos por dólar en forma uniforme para toda la economía. Por el contrario, habría más probabilidad que se estableciera un tipo de cambio múltiple formal, con 2 o 3 tres tipos de cambio diferenciados: un tipo de cambio “bajo” para los bienes de capital e insumos importados de algunos sectores y para bienes que componen la canasta de consumo de la clase trabajadora. Otro “alto” para proteger la industria sustitutiva e incentivar las exportaciones no tradicionales (no para el campo), y uno financiero aún más elevado para el pago de amortizaciones e intereses de deuda, así como para el pago de dividendos y royalties al exterior.
