Mar del Plata.- Orlando Martínez Gómez nació en Zonda, estudio para ser Policía y terminó siendo uno de los jefes del penal de Sierra Chica. Allí, el 30 de marzo de 1996, fue tomado de rehén y se transformó en uno de los protagonistas de lo se conoce como el motín más sangriento de la historia argentina. Ahora, 20 años después, el sanjuanino de 60 años, habló en exclusivo con DIARIO DE CUYO y detalló publicamente por primera vez todo lo que sucedió allí.
Al recordar ese atroz día en el que se inició la pesadilla, Martínez Gómez, quien era encargado de Vigilancia del penal, relató que se acercó a negociar con los presos y de inmediato vio la pistola apuntando a su cabeza entre las rejas. Los delincuentes lo agarraron y no le quedó otra que aceptar ser uno de los rehenes.
En cuanto a lo que vivió allí describió que estuvo en el hospital del penal, en la planta alta, junto a la jueza y el secretario del juzgado. “No dormíamos, sólo pestañábamos un poco durante el día. Pasamos 6 noches allí y todas fueron terribles. Nosotros entremos el sábado y la peor fue la del lunes, escuchábamos tiros por todos lados”, recordó.
Mientras que, en relación a los hechos más escabrosos, el sanjuanino contó: “Que incineraron los cuerpos en el horno de la panadería fue confirmado. Me dijeron que también fue cierto que jugaron a la pelota con la cabeza de uno de los muertos, pero yo no vi. Lo que no me consta, pero mi personal dijo que era cierto, es que hayan hecho empanadas con carne humana”.
Finalmente, después del horror, los presos decidieron que todo acabara. Tras el final, el hombre trabajó 6 meses más en ese penal y luego fue trasladado a otros. Terminó viviendo en Mar del Plata, donde se jubiló tras 32 años de servicio.
“Aunque muchos nos culparon por lo que sucedió, yo hice todo lo que pude. De hecho, un año antes de los hechos empecé a avisar que se venía algo terrible”, relató.
La entrevista completa mañana, en la edición impresa de DIARIO DE CUYO.

