Según establece el dogma cristiano, el 29 de junio es la fiesta de San Pedro y San Pablo, el primer Papa y el gran Apóstol de los Gentiles, respectivamente. Según la tradición, ambos fueron ejecutados alrededor del año 67, por orden de Nerón. Pedro fue crucificado. Pablo fue conducido a Ostia, y allí fue decapitado. A esta efemérides se une el ritualismo pagano del fuego, para terminar homenajeando a ambos santos con una fogata, como a San Juan Bautista cada 24 de junio.