La Iglesia Católica argentina celebró ayer en Luján, Buenos Aires, el Bicentenario de la Patria con un masivo acto central, que incluyó una misa en la que el cardenal Jorge Bergoglio llamó a desterrar todo odio y rencor y a no bajar los brazos llevados por la desesperanza. Como en San Juan, los laicos que asistieron a esta celebración en la Basílica de Luján renovaron su compromiso a favor de la vida, la inclusión social, la familia y la educación.

En su homilía, el titular del Episcopado en Argentina pidió a la Virgen que cuide a los más olvidados del país y a los que quieren bajar los brazos angustiados por la desesperanza. Con el lema “Con María, construyamos una Patria para todos”, la misa culminó con la entrega de un ejemplar de la Constitución Nacional a la Virgen, con un pedido a los presentes de cumplirla y venerarla, y demandar su cumplimiento a los gobernantes.

Estos actos religiosos se realizaron simultáneamente en otros santuarios marianos del país donde se encendió una vela para pedirle a Dios que ilumine a la Argentina. En San Juan esta ceremonia de la luz también se hizo en los departamentos alejados con la congregación del pueblo en las parroquias cabeceras de cada comuna.