El viernes pasado, desde el Arzobispado de San Juan anunciaron que el sacerdote sanjuanino Mario Robles fue designado por el papa Francisco como tercer Obispo Auxiliar de la diócesis. En este contexto, Gustavo Larrazábal, el segundo Obispo Auxiliar, y otros sacerdotes sanjuaninos comentaron que es la primera vez que en la provincia conviven tantos altos jefes de la Iglesia. Y dijeron que esto se da principalmente porque el arzobispo Jorge Lozano ocupa también el cargo de secretario Ejecutivo del Consejo Episcopal Latinoamericano y viaja constantemente, razón por la cual no puede estar al 100% en San Juan.
En abril de 2019, el Arzobispo de San Juan, Jorge Lozano, comunicó la designación de Carlos María Domínguez como Obispo Auxiliar, un rol que no se ocupaba desde 1966 en San Juan, cuando monseñor Ildefonso Sansierra pasó justamente de obispo auxiliar a diocesano. En ese momento, y después de muchos años, se comenzó a hablar en San Juan de este cargo. Desde la Iglesia explicaron que básicamente el obispo auxiliar es quien colabora con el obispo diocesano. Y que a diferencia del obispo coadjutor -como lo fue Lozano de Alfonso Delgado entre 2016 y 2017- no tiene derecho a la sucesión en el cargo.
En febrero pasado, Domínguez fue designado como administrador apostólico de la diócesis de San Rafael, Mendoza, y por eso un mes más tarde Gustavo Larrazábal asumió como el segundo obispo auxiliar, mientras que anteayer, hizo lo propio el sanjuanino Mario Robles.
"Esto -por el nombramiento de los obispos auxiliares- es para brindar un mejor servicio pastoral en la diócesis. Hay tres obispos auxiliares porque uno de ellos -Domínguez- está dedicado a otro servicio que le pidió el Santo Padre. A su vez, el Arzobispo tiene otro cargo. Entonces, entre el Arzobispo y los obispos auxiliares -4 sacerdotes- hay dos que están part-time", dijo Larrazábal. Mientras que otros sacerdotes explicaron que la presencia de tantos auxiliares es algo inédito en San Juan, pero no en otras provincias. Algunas de las que tienen varias autoridades en las diócesis son Córdoba, Buenos Aires, Mendoza y Tucumán.
Para entender un poco más el porqué de las designaciones, sacerdotes locales dijeron que el obispo es como un apóstol que es designado en una diócesis para demostrar la presencia de la Iglesia en el pueblo a través de misas, procesiones u otras actividades. Y que, debido a que Lozano y Domínguez no están muy presentes en la provincia, por sus cargos fuera de ella, es que se designó a Larrazábal y ahora al padre Mario. Dijeron que también tiene que ver la geografía de la provincia, porque muchas veces hay que estar en un lugar y al mismo tiempo en otro, y las distancias son largas.
Por otro lado, sobre cómo es la organización o distribución de las tareas, comentaron que es relativa a quienes estén o no presentes, por ejemplo, para una procesión. Sin embargo, dijeron que quien toma decisiones importantes sigue siendo Lozano, quien pidió seguir como Arzobispo porque su rol como Secretario Ejecutivo del Consejo Episcopal Latinoamericano es "transitorio".