Ya casi no hay niños jugando en los jardines del monoblock 6 del barrio 23 de Mayo. Es que sus padres los mandan a casas de sus familiares, por precaución. Sucede que no quieren que pasen muchas horas en el lugar porque las aguas servidas de un pozo negro rodearon el edificio, a la vez que las familias contaron que no pueden usar los baños con normalidad pues los efluentes salen por los resumideros o los inodoros. En total son 10 niños de 8 familias afectadas.
Los inconvenientes en el monoblock se agudizaron porque el pozo negro comunitario colapsó antes de Navidad y las aguas servidas salieron por una de las cámaras ubicada justo en el pasillo de ingreso al edificio, mientras que por otra de las cámaras, el líquido inundó el fondo, así que los chicos no tienen muchas opciones para jugar a la vista de sus padres. Además, el olor es intenso.
“Mis hijos se van todos los días a lo de un familiar, con mi señora. Es que esto es un foco infeccioso y por más que tengan cuidado, pisan las aguas servidas y llevan todo eso al departamento”, contó Fernando.
A su vez, Evelia dijo que los vecinos de la planta baja son los más perjudicados, ya que los líquidos asoman por los resumideros y que ya no lavan en sus domicilios, porque las descargas hacen que las aguas servidas invadan comedores o lavaderos. “Es más, los vecinos hemos acordado tener cuidado cada vez que vamos al baño y algunos hasta van a los de los familiares. Es que cuando tiramos las cadenas, los líquidos no se van y se rebalsan los inodoros”, apuntó otra vecina.
Desde la Municipalidad de Rawson dijeron que enviarán en forma semanal el camión atmosférico, pero los vecinos dijeron que el pozo negro ya está colapsado y lo que necesitan es otro nuevo.

