"Está prohibido pasar por ahí, pero la gente lo hace igual", dijo ayer Mario Márquez, el encargado del dique Ignacio De la Roza, que está en Rivadavia. Por eso, cada tanto los que trabajan ahí se encuentran con alguna novedad. La última sorpresa fue que, hace unos dos meses, dos jóvenes mendocinos se subieron al puente, levantaron unas losetas y rejillas y las tiraron al agua, dejando unos huecos, según contó el encargado. Por esos agujeros puede caer fácilmente una persona y golpear contra las máquinas y compuertas hasta llegar al agua del dique.

Los agujeros están en el puente donde están los motores que levantan las compuertas. Allí sólo tiene permitido el acceso el personal que controla el funcionamiento del dique, pero no hay barreras ni portones y pasa todo el mundo, sobre todo porque ese puente conecta el camping El Pinar con el Faunístico. La imagen de los peligrosos huecos fue enviada por Daniel Muñoz a la sección Fotociudadana de DIARIO DE CUYO y se publicó en la edición de ayer.

Las rejillas que sacaron son parte de un sistema que sirve para que los técnicos tengan acceso a los motores para arreglarlos. "Son losetas de hormigón de un metro de largo por unos 50 centímetros de ancho. Eran pesadas, pero lo mismo pudieron levantarlas. El policía que estaba de guardia fue el que pilló a los chicos y lo llevó presos", dijo Márquez.

En el lugar, según dijo Márquez, hay un "guardadique" que debe controlar que nadie pase por ahí, "pero está de licencia por la monda desde el 13 de julio hasta el lunes que viene".

Por eso la gente siempre pasa como si nada. "Apedrean la farolas y se roban los cables. Para controlar un poco eso, se tuvo que demoler la escalera que daba a el camping El Pinar", sostuvo el encargado. Mientras tanto, la reposición de las losetas está en marcha. El personal de Metalurgia ya fue a tomar medidas para hacer unas tapas de chapa con abrazaderas por debajo y así evitar que no las puedan levantar fácilmente sin herramientas.