Caras de preocupación y desasosiego se vieron esta mañana entre los comerciantes de la Feria de Capital. Es que, ellos decidieron trabajar en el feriado para mejorar su situación económica, pero la lluvia les jugó una mala pasada.

 

Tanto las calles internas como los puestos quedaron inundados. Al respecto, los puesteros comentaron que se mojó gran cantidad de mercadería que se podría terminar perdiendo.

 

“La fruta y la verdura que se mojaron pueden llegar a venderse para ser consumidas hoy. Mañana ya no van a servir”, lamentó uno de los trabajadores.