En marzo pasado, el municipio de Capital bajo la gestión de Emilio Baistrocchi inauguró la obra de refacción de la Plaza 25 de Mayo, y la fuente fue la vedette. Es que tras un largo y minucioso proceso restauraron la escultura que tiene en el centro que quedó totalmente renovada. Pero, a 9 meses de su reinauguración, está nuevamente deteriorada. Desde Ambiente de la Municipalidad de la Capital dijeron que revisarán las instalaciones, mientras que desde la Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino (Accodepas) dijeron que el deterioro se debe al agua. Esta plaza es Patrimonio Histórico.
Las figuras infantiles que hay en la base de la escultura son las que revelan más el deterioro. Gran parte de su superficie está descascarada y herrumbrada. Lo mismo puede verse en los dos platos que forman parte también de la fuente. Cualquiera que ve esta imagen puede imaginar que lleva décadas sin recibir mantenimiento, sin pensar que sólo pasaron 9 meses de su restauración. ‘Hay un par de factores que hay que tener en cuenta para entender el porqué de tan rápido deterioro. Primero esta fuente tiene 150 años y es de hierro fundido, expuesto a la oxidación por esta en contacto permanente con el agua. Segundo, que el agua de San Juan es muy pesada y salitrosa por lo que las sales e impurezas que contiene se van pegando al hierro generando su mal estado. Por estas condiciones cuesta mantener la fuente en buenas condiciones’, dijo Jorge Cocinero, de Accodepas, asociación veedora de la restauración. Según Cocinero, esta fuente necesita como mínimo un trabajo de restauración y mantenimiento una vez al año. También, que debería instalarse un ionizador en el ingreso del agua a la fuente para que filtre sus impurezas y sea menos corrosiva. Lisandro Cevinelli, a cargo de la Dirección de Ambiente de la Municipalidad de la Capital, también coincidió que el deterioro de la fuente puede ser resultado del agua.
Cabe recordar que la restauración de la escultura de la fuente comenzó con un proceso de desengrase, para remover los restos de combustibles que fueron pegándose a los angelitos y a los platos con el paso del tiempo. La limpieza se realizó con agua y microcristales, para no dañar la escultura y quitar la arena, el barro y la suciedad acumulada en los intersticios. Luego se procedió a una desoxidación y desfosfatización, un proceso químico para acceder al material original. Y posteriormente se repararon algunas roturas halladas en la superficie. Por último se le aplicó una laca protectora y un tratamiento de neutralización para que no se volviera oxidar.