Las distintas compañías de alimentos vienen aplicando desde el 2001 algunas estrategias para “disimular” algunos incrementos. Por ejemplo, la sidra que antes se vendía en un envase de 910 ml., hoy se la encuentra en la ya más diminuta presentación de 750 ml., cuestión que al postre representa prácticamente lo mismo, atento a las subas ya conocidas. Otro de los que se camuflaron en el último tiempo fueron los budines navideños: mientras que hace 3 años el paquete era de 300 gramos, ahora redujo su envase a 250 gramos. El que trata todavía de ser moderado en su cambio es el turrón, que apenas restó 5 gramos a su otrora envoltorio de 95 gramos.