"¡Cómo nos gusta San Juan!", se oía salir una voz del grupo. En vano trataba uno de los anfitriones de ordenarlos, tratar de que se reunieran en el centro de la cancha. Bajo el sol del mediodía y disfrutando como si fueran chicos del césped del Estadio del Bicentenario, los integrantes de la Selección Argentina de Futbolistas Amputados jugaban a sus anchas, hacían jueguitos cerca del aro y por sobre todas las cosas, demostraban que lo que para otros podía ser un impedimento, para ellos se convirtió en una oportunidad. "A mí no me cambió la vida, porque yo ya jugaba al fútbol antes de perder una pierna: simplemente seguí haciéndolo, pero con bastones y con una pierna menos", sintetizó Hugo Hereñu, capitán y vocero del equipo, su experiencia como futbolista amputado. Y agregó: "Sé, sin embargo, que a otros muchachos les sirvió para saber que todavía podían ser deportistas".
Usando los bastones como punto de apoyo, uno de los jugadores pateó al arco. Y empezaron las bromas: "¡Eh, casi le pegás al fotógrafo!", gritó alguien y todos soltaron la carcajada. La buena energía que reina entre ellos se percibe fácilmente y los resultados positivos, frutos de su trabajo, así lo demuestran. Hereñu resumió en años los logros alcanzados. "En el 2001 -contó- cuando hacía apenas 4 meses que habíamos arrancado, participamos en el primer mundial de este deporte y salimos quintos. A los 2 años, salimos campeones en Brasil. Y en 2010, fuimos subcampeones de América y subcampeones del mundo".
La lista, pese al poco tiempo de existencia que tiene la Asociación de Futbolistas Amputados en la Argentina, sigue y tiene mucho por recorrer. A fines de noviembre, jugarán la copa América en Córdoba; en septiembre, un desafío nacional en Mendoza y más cerca, en agosto, habrá otro campeonato en Colonia Caroya. "Esta selección tiene jugadores de varias provincias: Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Capital Federal, Buenos Aires y San Juan", explicó Hereñu. El deporte en sí difiere un poco del fútbol tradicional, pero conserva intacta la mística. "Se juega en equipos de 7: 6 son jugadores y 1 es arquero. La cancha mide 60 m x 30 m y los cambios permitidos son como en el básquet, es decir que un jugador puede salir y luego volver a entrar en el mismo partido", expresó el capitán de la selección.
De los 10 futbolistas amputados que vinieron a San Juan para jugar dos partidos (uno ayer y otro hoy domingo, a las 10,30 en el Polideportivo de Pocito contra ex jugadores de ese departamento), muchos eran jugadores de fútbol antes de sufrir la amputación de una pierna. "En esto, hay que ser bueno -afirmó categóricamente el capitán Hereñu- porque aunque hay varios que antes habían sido jugadores, yo siempre les decía: antes eras bueno, pero tenías las dos piernas. Ahora, tenés que aprender a jugar con bastones y con una sola pierna. Y como si fuera poco, tenés que seguir siendo bueno".
La frase más repetida entre los jugadores, durante la visita de ayer al Estadio del Bicentenario, concentra el espíritu del equipo: "jugar es seguir vivo, es sentir que podés seguir haciendo las mismas cosas que hacías antes de perder una pierna; y que la vida te puede cambiar en un minuto, pero sigue siendo tu vida".