Fueron uno de los sectores más golpeados por la pandemia y aún hoy sienten los coletazos del virus que paralizó al mundo. Se trata de los propietarios de transportes escolares quienes, pese a la vuelta de la presencialidad plena, dicen que tienen un 50% menos de clientes.
En la provincia son 66 los transportes habilitados, incluyendo a quienes se dedican al traslado de niños con discapacidades, y todos vieron frenada la actividad en marzo del año pasado cuando las clases pasaron a ser de modo virtual. Un año después el sistema de semi presencialidad les dio una luz de esperanza, pero la realidad fue otra.
“Nosotros tenemos un monto que se fija a nivel nacional. Muchos padres cuando consultaban manifestaban que no estaban dispuestos a pagar eso por dos o tres días por semana, pero lo cierto es que los costos de mantener las movilidades son altos”, reconoció Hugo Gil, secretario de la Asociación de Transporte Escolar y Servicios contratados.
El costo por niño, ida y vuelta a la escuela, es de 5 mil pesos.
“Los padres eligen otros medios para llevar a los chicos y ya quedan pocos meses de clases. Yo trabajaba con unos 30 chicos y hoy no tengo más de 10”, ejemplificó Gil y afirmó que al menos 15 miembros de la asociación que tenían varias movilidades, actualmente trabajan con una sola.
"La expectativa está puesta en el año que viene y en la vuelta a esta nueva normalidad", concluyó.

