Fue uno de los primeros en llegar al barrio y se acuerda como si fuera hoy. “Me tocó al final del barrio, pero después se fue poblando más y tener nuestra casa fue una alegría inmensa”, contó don Conca, como lo conocen todos. El hombre, de 75 años, casado y con dos hijos, es el dueño de un récord interno en el SMATA: es el único que integró todas las comisiones directivas de la Unión Vecinal.

La mayor tristeza de Conca fue ver lo destruido que quedó el pavimento de calle Viamonte hace años atrás, cuando se hicieron las cloacas y ningún organismo de gobierno lo arregló. Contó que la contrapartida fue la inauguración de la repavimentación en todo el barrio. “Fue un deseo que tuvimos desde siempre”, recordó.