Una interminable columna de gente avanzó caminando entre los cerros que están antes de llegar al puente Blanco. Cánticos, aplausos, carteles de colores y bombas de estruendo sirvieron para anunciar que la peregrinación ya estaba en acción. Encabezando la multitud estaba El Santísimo sobre una camioneta y rodeado de flores. Así, unas 500 personas fueron ayer hasta Zonda a modo de mostrar su fe tras el robo de las hostias y el cáliz ocurrido hace una semana en la parroquia de ese departamento. Sorprendió la cantidad de gente que llegó desde distintos puntos de la provincia.

La caminata estuvo llena de emoción. Fueron 4 kilómetros que los peregrinos hicieron en casi 2 horas. Mucha gente se fue sumando en el camino y llegaron hasta el templo para la misa que ayer fue celebrada por monseñor Alfonso Delgado. “Queremos compensar con amor la ofensa que te hicieron Señor”, dijo el Arzobispo en su homilía. Y fue justamente amor y fe lo que la gente mostró ayer.

Un chico en silla de rueda, empujada por su madre, encabezó la columna de fieles. Hacia el final, varias decenas de personas que llegaron hasta ese punto de la ruta, en bicicleta. No faltaron las madres con changuitos y los abuelos con sus bastos. Hacia el final del grupo de peregrinos, iba el intendente César Monla. También participaron los gauchos a caballo de la agrupación Sierras Azules de Zonda. Todos llegaron a destino.

“Somos de Rawson y cuando nos enteramos de esta procesión, no dudamos en venir. Sobre todo porque repudiamos lo que sucedió”; contaron los integrantes de la familia Elizondo. Mientras que varios integrantes del grupo Emaús se hicieron notar con carteles bien coloridos durante la caminata.

A mitad del trayecto, una camioneta esperaba a los agotados peregrinos con agua fresca. También formaron parte de la logística una ambulancia y varios móviles policiales que controlaron el tránsito y la columna de gente. Es que la primera parte de la peregrinación se hizo por una de las manos de la ruta. Todo el trayecto fue animado por un grupo de personas que forma parte de la parroquia zondina que con sus cánticos, aplausos y ritmos de panderetas mantuvieron a los participantes con el ánimo bien arriba. Mientras que el padre Víctor Hugo Gallardo confesaba a la gente al costado de la ruta, mientras caminaba.

Grande fue la sorpresa que se llevaron los peregrinos cuando llegaron a la parroquia. Afuera habían construido un escenario gigante y habían colocado cientos de sillas en las intersecciones de las calles para que la gente pudiera participar cómodamente de la celebración de la misa. Con aplausos y cánticos, bajaron El Santísimo de la camioneta y lo subieron al escenario. Tras el rezo de varios sacerdotes que participaron de la celebración, comenzó la misa. El día acompañó con el clima. Ayer, el Sol no agobió lo que hizo que la caminata extensa no se sintiera. Muchos de los que llegaron de otros puntos de la provincia, pensaron que sólo iba a ser una procesión cerca de la parroquia. Por eso los sorprendió la extensión del recorrido. Sin embargo, nadie dudó en sumarse en esta demostración de fe tras el robo de las hostias consagradas y el cáliz, el sábado pasado. Muchos zondinos contaron que nunca antes habían visto tanta gente por las calles por una celebración religiosa que no fuera la misa de Pascuas de las Sierras Azules.