La peregrinación de jóvenes durante el mes de septiembre es una costumbre en la provincia que este domingo cumple 41 años. A lo largo de su historia cambió de recorridos, pero eso no impactó en la multitud que año a año peregrina como muestra de fe y devoción.
Tan arraigada es esta celebración que no hay sanjuanino que en algún momento de su vida no haya participado de alguna de estas caminatas al Cerrillo Barboza primero, el Villicum después y en los últimos años a Ceferino Namuncurá, en San Martín.
La primera peregrinación se organizó en 1978, siempre a cargo del Equipo Arquidiocesano de Pastoral de Juventud, y no tuvo la magnitud de las que le sucedieron con los años, pero sirvió de piedra fundacional.
Raúl Urrutia, miembro de aquella primera organización, recordó que en aquella primera manifestación de fe el número de peregrinantes rondaba entre mil y dos mil. “Por aquel entonces monseñor Ildefonso María Sansierra tuvo la idea de que los jóvenes tuvieran un lugar para reflexionar y meditar y así fue que lo coordinamos y lo hicimos en el Cerrillo”, comentó.
Los memoriosos recuerdan que ya con Monseñor Italo Severino Di Stéfano a cargo de la iglesia local se logró algo inédito para la época. Una vez que los jóvenes llegaron al lugar se usó la red presidencial para entablar una comunicación con Ubaldo Calabresi, quien fue nuncio apostólico en la Argentina durante 19 años. “Para todos fue una alegría enorme poder escuchar su mensaje después de la caminata”, afirmó Urrutia.
Después de algunas ediciones en aquella zona se colocó la imagen de la Virgen de Tulum que aún se conserva en el lugar pese a que la peregrinación se mudó al Vullicum.
El grupo salía desde la Catedral para hacer la parada pasada el mediodía en la Plaza de Albardón, tras el almuerzo, se llegaba al lugar donde la misa se oficiaba cerca de las 17.
Ya en los 90´ la manifestación volvió al Santuario de Nuestra Señora de Tulum, en el Cerrillo Barboza. Eran unas 10 horas de caminata acompañadas de cánticos y la ayuda de cientos de personas que al paso de la caravana entregaban agua o se encargaban de asistir a aquellos jóvenes que se descomponían.
“Rostros enrojecidos por el calor y la fatiga, con los brazos casi inertes, las botellas vacías en las mochilas y sus pies palpitantes y ampollados, así llegaban al Cerrillo, dice la crónica de Diario de Cuyo del 4 de septiembre de 1995. El día anterior miles de personas habían recorrido 37 kilómetros desde la catedral hasta el cerro pocitano.
En 2001, tras 7 años, volvió al Villicum. Esa edición se inauguró una estatua de la Virgen María una gigantesca cruz de hormigón denominada “La Cruz de los jóvenes”.
Unos años más tardes se cambió de recorrido y hasta la fecha se mantiene. Cada septiembre, miles de jóvenes recorren 25 kilómetros hasta el Complejo Ceferino Namuncurá, en San Martín.
Esta 41ra edición tendrá como lema de la caminata "Vive Cristo, esperanza nuestra". Más de 2.000 personas saldrán a las 8 desde la catedral y se espera que la Santa Misa sea a las 17 con la presencia del Obispo de San Juan.