Representación. Pedro fue el encargado de hacer de Jesús. El niño se mostró muy comprometido con el papel e hizo que el público se emocionara.

 

Tiene el nombre de uno de los apóstoles, sigue los pasos de sus papás en la Acción Católica y ayer se convirtió en uno de los protagonistas del Vía Crucis de Trinidad. Pedro Rodríguez tiene 9 años y luego de participar varias veces de esta representación, pero en papeles secundarios, logró cumplir su sueño y ser Jesús. Con mucho compromiso, respeto y mostrando sus dotes actorales, el pequeño caminó durante 50 minutos abrazado a la cruz e hizo que hasta el público se emocionara.

Ayer en la mañana, la plaza de Trinidad volvió a ser el escenario del tradicional Vía Crucis de los niños. Una veintena de pequeños de entre 6 y 10 años representaron el recorrido que hizo Jesús con la cruz antes de su muerte. Acompañados por sus papás, profesores de la Acción Católica y del público en general, los pequeños se lucieron.

Estaciones. En cada uno de los sectores donde Jesús cayó con la cruz el silencio del público fue extremo.

 

Durante la celebración religiosa, Pedro fue uno de los chicos que se robaron toda la atención. Con la cruz sobre sus hombros y transmitiendo con su mirada el dolor que debió sentir Jesús al llevarla, el pequeño logró hacer reflexionar al público y a la vez cumplir uno de sus sueños. Es que desde que tiene 5 años forma parte de la Acción Católica y siempre quiso representar a Jesús.

Su mamá contó que el niño esperaba con mucho entusiasmo este día y que había ensayado durante más de un mes. Y ese ensayo previo dio sus frutos. Es que cada vez que Pedro cayó al suelo en las diferentes estaciones, fue abrazado por la niña que representó a la Virgen María y hasta cuando fue crucificado, hizo que el público se emocionara por el realismo con el que actuó.

Fotos. Los papás de los niños que participaron del Vía Crucis no pararon de filmarlos y hacerles fotos.

 

Al igual que Pedro, su hermano Marcos, que también tiene el nombre de uno de los apóstoles, fue uno de los niños que actuaron. Representó a Simón de Cirene (el Cirineo) y ayudó a su hermano a cargar la cruz durante gran parte del Vía Crucis. "Con el papá de Pedro vamos a la Acción Católica desde que teníamos 10 años y también salíamos en los Vía Crucis", contó Daniela Saldivar, la mamá del niño, quien no pudo disimular el orgullo que sintió ayer.

Al igual que Pedro, todos los chicos que representaron la Pasión de Cristo se mostraron como actores profesionales. Cada uno dejó ver el compromiso y las largas horas de ensayo.

La colocación de la corona de espinas sobre la cabeza del niño que representó a Jesús fue el inicio de la actividad que finalizó con la crucifixión.

El cuerpo de Jesús lacerado por los latigazos, los azotes que los soldados romanos daban a la cruz y que hacían eco en el silencio de la mañana y la cara de dolor de la nena que hizo de María y de las demás mujeres que acompañaron el paso de Jesús, fueron el soporte necesario para atrapar a los grandes y a los niños que caminaron por los alrededores de la plaza. Es que apostaron fuerte a la dramatización y a poder hacer que todo el público pensara todo lo que Jesús sufrió antes de su muerte.