Lejos quedaron los festejos tradicionales para conmemorar el
Día de los Santos y el de los Fieles Difuntos, el 1 y 2 de noviembre, respectivamente. Hasta hace unos 40 años, afuera de los cementerios armaban fiestas queduraban 48 horas. Ahora las visitas se limitan a algunos minutos y sólo para dejar flores.
Según los encargados de cementerios, los vendedores de flores y
la misma gente que concurre a estos lugares, esto se debe a que
cada vez hay menos tiempo y porque esos días ya no son feriados.
Imperio Cataño es una sanjuanina que vive en Mendoza. Tuvo que pedir franco en el trabajo para poder visitar a sus padres y 3 hermanos sepultados en el cementerio de Pocito. Con ayuda
de un empleado del lugar, limpió los 5 nichos y reemplazó las flores de plástico que colocó en noviembre del año pasado. “Sólo puedo venir una vez al año. Recuerdo que cuando era jovencita, veníamos en carretela y en la familia para celebrar el Día de los Difuntos durante 2 días con asado, guitarreada y baile. Todo eso se perdió”, dijo la mujer.
Hilda Castro contó que participó con su familia en las fiestas que
se armaban el 1 y 2 de noviembre afuera de los cementerios. Dijo
que el 31 de octubre a la noche su mamá preparaba la comida para los dos días y cargaba la carrete la con todo lo necesario para el picnic. Agregó que ahora sólo tiene tiempo para hacer una visita corta. “Hasta hace unos 6 años me quedaba un rato en el
cementerio para tomar mate. Era cuando los dos días eran feriados. Ahora vengo a verlos en la mañana temprano antes de ir
a trabajar”, agregó Hilda.
Por su parte Matías Pereira, que vende flores desde hace más de
30 años en varios cementerios de la provincia, dijo que hasta las
ofrendas cambiaron por falta de tiempo. Contó que antes la gente
para estas fechas ‘tan especiales’ colocaba en las tumbas coronas
de flores de papel hecha con las propias manos y ahora compra
todo hecho.

