Ana Videla nació en Caucete, a los 6 años fue dada en adopción, creció en Buenos Aires y actualmente vive en Málaga, España. Hace unos años, gracias a una nota de DIARIO DE CUYO, la mujer encontró a sus hermanos biológicos que viven en San Juan, pero nunca pudo abrazarlos. Ahora, participa del juego ‘San Juan Invita‘ (ver página 11), que promociona la Fiesta Nacional del Sol, a través del cual se regalará un viaje a la provincia con todo pago. ‘Es la oportunidad para cumplir el sueño más grande de mi vida‘, dijo desde España, Ana.

Al igual que muchas personas, Ana tiene fe en que este juego será su chance de poder llegar a la provincia. ‘Desde que me dieron en adopción no recuerdo haber vuelto a pisar suelo sanjuanino‘, dijo la mujer, que junto a una de sus hermanas fue adoptada por una familia porteña.

Hace 8 años que vive en España. La crisis económica que afectó a Argentina hizo que se fuera al viejo continente. Desde la lejanía, chatea casi todos los días con su hermana Sonia, que es quien le contó sobre el juego que fue lanzado hace unas semanas por el Ministerio de Turismo.

‘Mi hermana pasa horas frente a la computadora enviando invitaciones a sus amigos para que me las reenvíen. Estamos muy ansiosas de poder vernos personalmente. Sé que todos los competidores tienen razones válidas para querer viajar a San Juan, pero para mí sería la oportunidad de poder cumplir un deseo. Nos separaron cuando fuimos chicas, pero ahora tenemos la fe puesta en que nos podremos conocer‘, dijo y contó que la falta de recursos económicos, tanto de ella como de su hermana, es lo que hace que no puedan viajar a abrazarse.

UNA TRISTE HISTORIA

Desde chica supo que era adoptada. Sólo sabía que entre 1969 y 1973 fue llevada junto a sus hermanos al Hospital Rawson y esa fue la última vez que vio a sus padres biológicos. ‘Recuerdo a mi madre despidiéndose y un gran portón, mi hermana y yo llorando y pidiéndole que no nos dejara allí‘, dijo en 2009, cuando DIARIO DE CUYO publicó la nota de la mujer que buscaba a sus hermanos. Fueron adoptadas por una familia de Buenos Aires, donde vivió hasta hace unos 8 años. Antes de viajar a España, Ana supo que su madre biológica envió por mucho tiempo cartas pidiendo a los padres adoptivos fotos de las hermanas. Ahí comenzó su búsqueda, que terminó a fines de agosto de 2009 cuando por primera vez habló con sus hermanos. ‘Voy a cerrar mi historia de vida el día que los abrace por primera vez‘, dijo.