La carrera es la excusa que permite que muchos amigos que a diario comparten entrenamientos y paseos puedan medirse en una exigencia diferente a la que proponen las prácticas. Es por ello que después de cumplir con el esfuerzo se produce, detrás del arco de llegada, una reunión en la que la charla ronda sobre las experiencias personales. Ayer, por ejemplo, muchos se interesaron en la salud de Tomás Perucca, triatleta que se prendió en la carrera y que después de sufrir una caída tuvo que abandonarla en los primeros metros con una lesión en una de sus clavículas. “Yo me quedé y lo atendí hasta que llegó el auxilio. Lo sacaron en un cuatriciclo”, explicó ayer Mauro Ayesa, deportista extremo que es amigo de Perucca.
La zona de hidratación ubicada al lado de la pantalla donde cada uno de los biker podía consultar su tiempo y posición motivaron también que en ese sector se confundieran los deportistas con sus familiares y amigos quienes aprovechaban a saludarles y felicitarlos.
