�En 1925, el padre Angelo Roncalli es nombrado arzobispo y enviado a Bulgaria como delegado apostólico. En 1934 pasó a Turquía y Grecia, donde se desarrolló un llamativo episodio. Tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, intervino en defensa de judíos perseguidos por nazis, haciendo actas de bautizo falsas para que pudieran pasar por cristianos y no fueran aprehendidos por los alemanes. En 1944 se encontraba en Francia como nuncio apostólico y nueve años más tarde era nombrado cardenal y patriarca de Venecia. En 1958 fue electo Papa.
