Luego de estar casi 30 años abandonado en el Garaje Oficial, el Packard, que llegó a la provincia en 1927 y que paseó a algunos presidentes argentinos, volverá a deslumbrar a la gente. Está en plena restauración para luego ser expuesto en el Centro Cívico como una joya del automovilismo y de gran valor histórico para los sanjuaninos. La iniciativa pertenece al Gobierno de la provincia, que quiso pone en valor esta reliquia histórica.
Los trabajos de restauración de este auto comenzaron a fines del año pasado y, según calculó el secretario general de la Gobernación, Walter Lima, estará en diciembre. ’Este vehículo va a quedar como salió de la fábrica en la década del ’20. Va estar listo antes de que termine el 2014’, dijo Lima.
El funcionario no quiso dar más detalles del tema, sólo agregó que el Packard se exhibirá públicamente en un salón del Centro Cívico, aunque no precisó en qué lugar del edificio será la muestra.
Hace 13 años hubo un primer intento por poner nuevamente en marcha este vehículo que estaba abandonado en el Garaje Oficial. El responsable fue Alfredo Avelín quien en el 2001, durante su gobernación, quiso reciclarlo para trasladar gratuitamente a las novias hasta la iglesia. El proyecto no prosperó porque en el año 1982 el Packard fue declarado Reliquia Histórica, por lo que sólo podía ser expuesto en muestras o salones, limitando su uso sólo a actos oficiales. De esta manera quedó parado definitivamente.
Este auto, modelo 1927, llegó ese mismo año a la provincia y como un obsequio. Desde la Presidencia de la Nación se lo enviaron de regalo al entonces gobernador Federico Cantoni para que lo usara en actos oficiales.
Con un valor económico muy elevado y características de limusina, fue el primero de su estilo que llegó a la provincia. Con un bar escondido dentro del asiento delantero, el Packard sanjuanino estaba reservado sólo para grandes ocasiones como desfiles o visitas presidenciales.
En 1936 se utilizó para trasladar al presidente Agustín P. Justo en una de sus visitas a la provincia, y cuatro años más tarde, para recibir a Monseñor Audino Rodríguez y Olmos. Pero su época más activa fue durante la intervención de Evaristo Pérez Virazoro (1941) y en la gobernación de Ruperto Godoy (1947) que lo aprovecharon para pasear y viajar a departamentos alejados.
Raúl Alfonsín, en 1986, fue el último presidente argentino que paseó por las calles sanjuaninas a bordo del Packard, con el entonces gobernador, Leopoldo Bravo.