Las coníferas entre los que se encuentran pinos, abetos, tsugas, entre otros, sólo se deben podar una vez al año, y a ser posible cuando ya hayan crecido los brotes de primavera y la madera haya cogido cuerpo, momento que suele coincidir con los meses de julio o agosto. Por regla general a una conífera se le da una poda de formación en el caso que la especie lo requiera, de lo contrario no se podan.