De acuerdo a Freud, el padre “es el referente social, aquel que encarna la ley”. “Es el papá quien enseña a sus hijos la correcta pronunciación y la mejor forma de expresarse, facilita una mejor convivencia, una mejor comunicación dentro y fuera del hogar. Somos un modelo a seguir para los hijos varones y un ideal del sexo opuesto para las niñas. No existe un padre ideal, tampoco podemos ser contrarios a nuestra naturaleza, pero sí podemos estar más alertas de cómo somos como padres y qué conductas heredadas podemos cambiar. Entender como se sienten nuestros hijos, escucharlos y ayudarlos a crecer, compartir sus gustos y empatías son aspiraciones de un buen padre. Cambiar nuestra actitud profesional son aspiraciones de toda persona. En todo caso pregúntate: ¿Qué te hubiera gustado haber hecho con tu padre de niño-ña? ¿Qué querés hacer de adulto con él? ¿Qué atributos desearías tener de tu padre? ¿Qué aprendiste de él que no te gustaría repetir? ¿Qué tan seguido pensás en él y en su circunstancia?´´. Preguntas para reflexionar.